Un tribunal holandés allanó el martes el camino para que una adolescente de 14 años, Laura Dekker, zarpe en un arriesgado viaje solitario alrededor del mundo.
Los jueces de un tribunal de asuntos familiares en Middelburg retiraron una orden tutelar que le fue impuesta el año pasado a Dekker, cuando tenía 13 años, después que dijo que quería circunnavegar sola el planeta.
La joven dijo estar encantada de la decisión. "Estaba tan feliz que casi salté al agua", comentó a la prensa en el puerto donde está anclado su yate junto con la embarcación en la que vive junto con su padre.
Dekker no estuvo presente en el tribunal cuando se emitió el fallo el martes. Su abogado, Peter de Lange, había dicho que estaba navegando en su velero, Guppy. "Se ha hecho justicia", afirmó.
El plan de la niña desató una polémica a nivel mundial sobre la potestad que poseen los padres para respaldar o fomentar los sueños descabellados de sus hijos.
"Con esta decisión, la responsabilidad por la suerte de Laura recae en sus padres", dijo el juez que encabezó el tribunal, S. Kuypers. "Depende de ellos decidir si Laura puede largar amarras en su periplo velero", agregó.
Los padres de Laura, que están separados, dijeron que respaldan su aventura. El padre desestimó las críticas de que estaba presionando a la muchacha a hacer el intento.
"Fue un plan de Laura desde el mismo comienzo", afirmó Dick Dekker. "Yo sencillamente la apoyo". Dekker, que habló en holandés e inglés, dijo a los periodistas que su hija viajaría dentro de las próximas dos semanas para su punto de partida en Portugal, donde probará su yate de dos mástiles antes de embarcarse en el viaje.
La joven, con pantalones blancos, camisa rosa de franjas y zapatillas rosas, saltó a su embarcación y dio algunas vueltas por el muelle para los fotógrafos.
A fines del año pasado, un tribunal holandés falló que la marinera adolescente podía permanecer bajo la tutela de su padre, quien está divorciado, después que ella escapó de la casa de su madre y viajó sola al Caribe.
Dekker logró viajar sola al territorio caribeño holandés de Saint Maarten, a 8.000 kilómetros (5.000 millas) de su hogar, pasando por París, portando 3.500 euros (5.000 dólares) en efectivo.